La semana pasada Jennifer Lawrence ganó el Oscar a la mejor actriz por su papel de Tiffany Maxwell en «El lado bueno de las cosas». Todos recordaremos el momento en el que Jennifer subía al escenario a recoger su premio y sufrió un traspiés que hacía que se cayese al suelo ante miles de espectadores y millones de televidentes en todo el mundo. La reacción que tuvo fue muy natural, levantándose rápidamente y luciendo la típica sonrisa nerviosa que todos ponemos cuando sabemos que acabamos de cometer un fallo y todo el mundo nos ha visto.
Hasta ahí todo normal. La polémica según Huffington Post vino después, cuando la actriz posó para los medios de comunicación dedicando a los fotógrafos una «peineta» como hizo Adele días atrás en la entrega de los Brit Awards. Al parecer, según cuenta también Huffington Post, la joven estrella de cine pidió disculpas inmediatamente.